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Desde el mes de abril se retomaron los Trayectos de Formación Práctica en el Campo Pozo del Carril, La Aguada y que tendrán continuidad durante todo el año. La modalidad de los mismos será de trayectos cortos, con viajes cada 15 días, con trabajo durante una jornada, y trayectos largos, donde los estudiantes se alojarán en las instalaciones por el lapso de 1 semana.

Sobre esta actividad, el profesor José Giraudo indicó que “se han iniciado actividades de formación práctica en el campo. Algunas son puntuales durante un día completo y otras son de larga extensión en las cuales los estudiantes viven allí en las instalaciones de campo. Se vivencian todas las actividades técnicas específicas y también las de mantenimiento del campo, en los cuatro sistemas productivos existentes (ganadería bovina, producción ovina, producción porcina y agricultura) y de apoyo del campo en general”.

Dijo que estos trayectos “son muy importantes porque el día de mañana les va tocar administrar un establecimiento o dirigir variadas tareas de campo. Entonces esta práctica le da al estudiante la posibilidad de conocer cuáles son las problemáticas que tiene el productor, cuál es la complejidad de las distintas actividades, no sólo en lo técnico, sino también en lo diario. También les permite integrar los conocimientos teóricos con la realidad practica”.

Además, valoró que la experiencia esté destinada a estudiantes de agronomía y de veterinaria. “La interdisciplina entre las dos carreras es muy interesante porque cada una tiene una visión diferente y con este trabajo conjunto se busca un perfil integrador para los estudiantes”, consideró.

En cuanto a las labores que se realizan, la médica veterinaria Leila Saleme comentó “que se efectúan tareas técnicas del área agronómica y veterinaria y labores de mantenimiento, como son darles de comer a los animales, atender los partos, pesar las categorías que sean necesarias en todas las especies, preparar boyeros eléctricos y rotación de parcelas, destetar, atender la sanidad, realizar las mediciones de la disponibilidad de forrajes que hay, entre otras”.

“La experiencia con los estudiantes fue muy buena, la verdad que son chicos muy predispuestos, tienen ganas de aprender porque están en los últimos años y empiezan a tener inquietudes para tener mayor seguridad en las actividades prácticas. Ellos tienen todo el conocimiento teórico, pero les falta experiencia práctica. No solo para ellos es una experiencia positiva, sino para grupos de investigación de la Facultad a los cuales les colaboran con mediciones y toma de datos que sin ellos no se podría efectuar. Los estudiantes le dan una mano al personal del campo, se busca mejorar las tareas que ya se están haciendo”, destacó Saleme.

Por su parte, Gabriela Tejero, estudiante de 6to año de medicina veterinaria señaló: “Está bueno que nos den está posibilidad de estar viviendo en el campo y ver cómo es el trabajo del campo realmente. Esta experiencia vivencial en el campo me permitió ver lo interesante y complejo que son las producciones animales, para esto vine y para esto estudié”.

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