Con la presencia de docentes, estudiantes, graduados y autoridades de la Unidad Académica y del Colegio de Ingenieros Agrónomos de la provincia de Córdoba, se presentó una propuesta de nuevo plan de estudio de la carrera de Ingeniería Agronómica de la Facultad.
Cabe destacar que en la iniciativa se viene trabajando desde hace más de dos años por parte de una comisión de revisión del plan de estudio. Se formula, en consonancia a lo que acontece en el conjunto de carreras de Ingeniería Agronómica del país, a partir de entrevistas a distintos referentes y actores del sector agropecuario y de la comunidad científica y educativa, viéndose enriquecida con los aportes surgidos de diversos talleres y actividades realizadas con la comunidad de la FAV a lo largo de este período.
La propuesta tiene como objetivo principal formar un Ingeniero Agrónomo generalista, con sólidos valores éticos, análisis crítico, con una mirada integradora en lo económico – social y ambiental y enfocado en el análisis de sistemas, con capacidades de crear, orientar, dirigir y facilitar los “actos profesionales” que contribuyan al desarrollo de una agricultura sostenible con la misión de resguardar una única salud (humana, vegetal, animal y ambiental) en un contexto complejo y dinámico.
En total, la carrera tiene una duración de 3645 horas previstas en 10 cuatrimestres (5 años de duración). El plan de estudios está estructurado en dos trayectos; el de Formación Obligatoria, que incluye 2685 horas distribuidas en ocho cuatrimestres y 38 asignaturas y el segundo corresponde a la Formación Complementaria, que comprende 960 horas distribuidas en diversas actividades, como prácticas de campo, espacios de integración, taller de orientación profesional, Prácticas de actuación profesional, Orientaciones, actividades electivas y el Trabajo de Actuación Profesional. Este ciclo, en particular los dos últimos cuatrimestres de la carrera, apunta a que los estudiantes adapten su formación según sus preferencias y necesidades profesionales futuras, promoviendo una educación más personalizada y autogestionada.
El enfoque distintivo de este plan es el foco en el «acto profesional» como eje central de la formación. Este concepto se concibe como el trabajo -principalmente de naturaleza intelectual con base en el conocimiento científico-técnico, que realiza el profesional universitario al servicio de una contraparte en un área de su incumbencia. Esta nueva concepción en la formación del Ingeniero Agrónomo constituye un cambio de paradigma desde la enseñanza de las ciencias agropecuarias como un conjunto de disciplinas, con eje en un trabajo final de grado que profundiza en una disciplina a un paradigma que aborda el problema profesional e integra las disciplinas y saberes locales en un acto profesional.
Esta diferencia sustancial entre ambos paradigmas permite al estudiante ingresar al campo profesional, aprendiendo a aprender (desde la posibilidad emergente futura para desarrollar un acto profesional) y a emprender (materializando el acto) que sirve para el desarrollo futuro de la profesional en un mundo muy dinámico en todas sus dimensiones. Para ello, en el ciclo de Formación Complementaria que culmina con un Trabajo de Actuación Profesional (TAP), donde los estudiantes desarrollan proyectos que pueden formar parte de actividades de las empresas e instituciones del sector, investigaciones o tareas de extensión llevadas a cabo por la Facultad.
Otro aspecto innovador de la propuesta, es la incorporación en el proceso de formación de “competencias transversales” en el campo de las relaciones humanas, la alfabetización digital y ambiental. Dichas competencias se imparten de manera gradual e integrada en diferentes disciplinas a lo largo de la carrera. Las competencias humanas, como la comunicación efectiva y el trabajo en equipo permiten una interacción activa con diversos actores del sector, facilitando la resolución de problemas complejos que aborden varias disciplinas del saber agronómico mediante el diseño, coordinación y ejecución de proyectos profesionales.
Las competencias para la alfabetización digital son fundamentales en un contexto donde las tecnologías digitales transforman no solo los procesos involucrados en la agricultura (generación y procesamiento de datos, automatización) sino en todos los aspectos de la actividad humana tanto física como intelectual. Por último, las competencias ambientales aseguran que los Ingenieros Agrónomos comprendan y apliquen prácticas que minimicen el impacto ambiental, gestionen adecuadamente los recursos naturales y promuevan la conservación de la naturaleza.
En resumen, el nuevo plan de estudios se centra en la actuación profesional, integrando teoría, práctica y acción para formar profesionales capaces de enfrentar los desafíos tecnológicos, sociales y ambientales del sector de la agricultura, con una perspectiva ética e interdisciplinaria. Este enfoque aspira a que los egresados estén preparados para contribuir al desarrollo sostenible de la agricultura y adaptarse a un entorno globalizado, altamente complejo y fuertemente dinámico.