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En las últimas horas se ha dado por parte del SENASA la confirmación del primer caso de Influenza Aviar o Gripe Aviar en Argentina. Esta enfermedad que afecta a las aves, pero puede también transmitirse en ocasiones a las personas, es producida por el virus de la influenza H5N1. Este caso fue detectado en la Laguna de Los Pozuelos, en proximidades de La Quiaca en cercanías de la frontera con Bolivia.

Sobre esta situación el Prof. Armando Nilson, docente de la Cátedra de Producción Avícola de la FAV detalló: “El ave afectada es un ganso andino que presenta signos y del cual se extrajeron muestras que confirmaron el virus H5 de alta patogenicidad. Al detectarse en aves silvestres no afecta en primera instancia el estatus sanitario del país. Por este motivo la comercialización internacional está vigente”.

Consideró que es “fundamental reforzar o mejorar las medidas de bioseguridad, notificar los eventos que surjan. Si el virus ingresara y se confirmara en una granja comercial de producción avícola se afectaría el estatus sanitario del país. Es importante llevar tranquilidad a la población en general, pero informando con claridad. Las personas pueden continuar consumiendo alimentos de origen avícola sin inconvenientes. La información debe ser de fuentes confiables”.

En cuanto a las características de la Gripe Aviar, el Prof. Gabriel Dicola, docente de la Cátedra de Enfermedades Tóxicas de las Aves de la FAV explicó que “el hombre se puede contagiar por contacto directo con otro hombre enfermo, el virus ingresa por vía respiratoria. También por contacto con secreciones de otros animales enfermos como aves o cerdos. Este último fue el que desató una pandemia en el año 2009 en México y se diseminó por todo el mundo”.

Con respecto a los antecedentes en el mundo, Dicola comentó que la enfermedad existe desde hace muchos años. En el sudeste asiático siempre aparecen brotes en enero (invierno) en granjas avícolas con contagio y muerte de operarios. En esos casos las autoridades sanitarias aplican rifle sanitario y sacrifican todas las aves del foco. En América existió un foco en Chile hace más de 5 años atrás y se controló rápidamente sacrificando a las aves, sin contagio de personas.

El docente indicó que el riesgo de esta enfermedad es grande, porque las aves de producción (ponedoras y parrilleros) no están vacunadas; por lo tanto, no están protegidas y podría causar gran mortalidad (dependiendo de las variantes NH) y además contagiar al humano.

Según precisó el Prof. Gabriel Dicola: “El tratamiento de las personas es con cuidados e internación, incluye terapias con antibióticos para infecciones secundarias como fue con el COVID”.

Además señaló que “desde el punto de vista productivo se aconseja ajustar medidas de Bioseguridad: controlar que las cumbreras con mallas antipajaros estén sanas para que no ingresen aves silvestres portadoras de la enfermedad; como también podar árboles y bajar nidos. En estos casos SENASA es el que maneja las alertas tempranas. No hay mucho por hacer salvo diagnosticar la enfermedad en aves migratorias”.

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